La bechamel para lasaña y canelones es una salsa cremosa que si hacemos bien mejorará notablemente la calidad de estos dos populares platos de pasta.
La bechamel, también conocida como “sauce béchamel” en Francia, lleva el nombre de su creador, Louis XIV de Francia, quien tenía un chef llamado François Louis Béchameil. Aunque algunos argumentan que la receta ya existía antes de Béchameil, su nombre se asoció con esta creación culinaria que se convirtió en una de las cinco salsas principales de la cocina francesa.
Hoy te vamos a explicar cómo preparar esta exquisita bechamel casera para lasaña y canelones desde cero, junto con opciones para versiones más ligeras.
Receta de salsa bechamel para lasaña o canelones
Ingredientes
- 4 cucharadas de mantequilla
- 4 cucharadas de harina de trigo
- 2 tazas de leche caliente
- 1/2 cucharadita de nuez moscada molida
- Sal y pimienta al gusto
Cómo hacer bechamel casera para lasaña o canelones
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- Antes de comenzar, asegúrate de tener todos los ingredientes listos.
- La leche debe estar caliente, así que puedes calentarla en una cacerola a fuego medio sin dejar que hierva.
- También, ten a mano la nuez moscada, la sal y la pimienta para agregar más tarde.
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- En una cacerola grande a fuego medio, derrite las 4 cucharadas de mantequilla. Asegúrate de que se derrita por completo sin que se dore.
- Una vez que la mantequilla esté completamente derretida, añade las 4 cucharadas de harina de trigo.
- Revuelve constantemente con una cuchara de madera o un batidor de varillas para evitar que se formen grumos.
- Cocina la mezcla durante unos 2-3 minutos hasta que tenga un color ligeramente dorado y un aroma tostado. Este paso es fundamental para eliminar el sabor a harina cruda de la bechamel.
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- Poco a poco, vierte la leche caliente sobre la mezcla de mantequilla y harina mientras sigues revolviendo vigorosamente. Esto ayudará a evitar que se formen grumos.
- Continúa cocinando y revolviendo hasta que la mezcla se vuelva espesa y suave, lo que tomará aproximadamente 5-7 minutos.
- A medida que la salsa se espese, asegúrate de raspar los lados y el fondo de la cacerola para evitar que se queme.
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Cocinar a fuego lento
- Añade la nuez moscada molida al gusto, junto con sal y pimienta al gusto. La nuez moscada aporta un sabor distintivo a esta bechamel para lasaña y canelones, así que no escatimes en este paso.
- Continúa revolviendo hasta que los condimentos se mezclen completamente con la salsa.
- Reduce el fuego a bajo y continúa cocinando la salsa a fuego lento durante otros 2-3 minutos para asegurarte de que todos los sabores se integren bien. La salsa debe tener una textura suave y uniforme.
- Si encuentras que la salsa está demasiado espesa, puedes agregar un poco más de leche caliente para ajustar la consistencia.
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Añadimos a la lasaña o canelones
- Una vez que la bechamel haya alcanzado la consistencia deseada y los sabores se hayan mezclado adecuadamente, retírala del fuego y está lista para usar. Ahora puedes incorporar esta deliciosa salsa en tus lasañas y canelones para darles un sabor cremoso incomparable.
Diferencias entre la bechamel para lasaña y la bechamel tradicional
La bechamel para lasaña y la bechamel tradicional, como la utilizada para la masa de croquetas caseras, son esencialmente la misma salsa base, pero pueden variar ligeramente en su consistencia debido a la forma en que se utilizan en diferentes recetas.
- Consistencia: La principal diferencia entre la bechamel para lasaña y la bechamel tradicional radica en su consistencia. Para las lasañas y los canelones, generalmente se prefiere una bechamel un poco más suave y fluida. Esto ayuda a que la salsa se integre bien entre las capas de pasta y relleno, creando una textura uniforme en el plato final. En cambio, para croquetas u otros platos en los que la bechamel se utiliza como relleno o cobertura, se busca una consistencia más espesa que permita dar forma a la mezcla y cubrir los ingredientes de manera más firme.
- Cantidad de harina: En la bechamel tradicional utilizada para croquetas, a menudo se utiliza una proporción un poco mayor de harina en relación con la mantequilla para lograr una consistencia más espesa. Esto facilita la manipulación de la mezcla de croquetas y su posterior rebozado antes de freírlas. En contraste, para la bechamel de lasaña, se tiende a utilizar una proporción ligeramente menor de harina para obtener una textura más suave y fluida.
- Saborización: La bechamel para lasaña a veces se aromatiza de manera diferente para adaptarse a los sabores del relleno de lasaña, que pueden incluir carne, verduras o queso. Por ejemplo, puede añadirse nuez moscada, ajo en polvo o hierbas frescas para complementar los ingredientes de la lasaña. En cambio, la bechamel tradicional suele tener un sabor más neutro y suave, ya que se utiliza en una variedad de recetas diferentes y se adapta fácilmente a diversos sabores.
- Uso de la salsa: Además de las diferencias en consistencia, la bechamel para lasaña se utiliza específicamente como parte integral de las lasañas y los canelones, mientras que la bechamel tradicional es una base versátil que se utiliza en otras recetas con bechamel, como croquetas caseras hasta gratinados, salsas y sopas.
Consejos para una salsa bechamel para tus lasañas perfecta
Lograr una bechamel para lasaña y canelones perfecta puede parecer un desafío, pero con estos consejos, estarás en el camino correcto:
- Mantén una proporción de 1:1 de mantequilla y harina: Esta proporción es esencial para lograr una salsa suave y cremosa. La mantequilla y la harina actúan como agentes espesantes.
- Mezcla constantemente: Revuelve la mezcla de mantequilla y harina de manera constante y vigorosa para evitar la formación de grumos. La paciencia en este paso garantiza una textura perfectamente suave.
- Utiliza leche caliente: Calentar la leche antes de añadirla a la mezcla de mantequilla y harina ayuda a evitar grumos y acelera el proceso de espesamiento.
- Añade condimentos al gusto: La nuez moscada, la sal y la pimienta son los sabores clásicos de la bechamel para lasaña y canelones, pero puedes personalizarla según tus preferencias añadiendo otros condimentos como ajo en polvo, cebolla en polvo o hierbas frescas.
- Ajusta la consistencia: Si la salsa está demasiado espesa, agrega más leche caliente. Si está demasiado líquida, cocina un poco más a fuego lento para que espese.
- Evita que se formen costras: Si no vas a usar la salsa de inmediato, cubre la superficie de la salsa con un film plástico directamente sobre la superficie para evitar que se forme una costra mientras se enfría.
Bechamel ligera de calabacín para lasaña o canelones
Si estás siguiendo una dieta baja en hidratos de carbono y quieres preparar una bechamel más ligera, por ejemplo para darle sabor a la lasaña de calabacín o unos calabacines rellenos de carne, prueba esta bechamel de calabacín, te encantará, y no lleva hidratos de carbono: