Esta noticia de hoy viene a confirmar lo que ya todos sabíamos, que la leche materna es una fuente inigualable de salud. Pero también es importante porque hay muchas mamás que por determinadas circunstancias no pueden dar de mamar a sus hijos, y este nuevo descubrimiento contribuirá a mejorar aún más las fórmulas de leche artificial…
Un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid ha conseguido aislar por primera vez bifidobacterias -bacterias de la flora intestinal- en la leche materna, demostrando así que este alimento es también fuente de microorganismos beneficiosos para la salud.
El hallazgo implica la posibilidad de utilizar las bifidobacterias como probióticos -microorganismos vivos que ingeridos en cantidades suficientes contribuyen al equilibrio de la flora bacteriana intestinal-, ya sea en forma de preparados farmacéuticos o incorporados a diversos alimentos, incluidas las fórmulas infantiles.
El descubrimiento, en el que han colaborado también investigadores de la Universidad de Wageningen (Holanda), constituye un argumento más a favor de la lactancia materna, no sólo desde el punto de vista nutritivo, sino también inmunológico y microbiológico, informa en un comunicado la Universidad Complutense.
Se calcula que un bebé que ingiera cada día unos 800 mililitros de leche materna recibe, al menos, entre 1 y 10 millones de bacterias de diversas especies y géneros.
La leche de cada mujer tiene una composición bacteriana única que transfiere al bebé cuando lo alimenta.
Así, la microbiota materna coloniza el intestino infantil, impide el asentamiento de bacterias patógenas y contribuye a la correcta maduración de sus sistema inmunitario.
Según Juan Miguel Rodríguez, director del trabajo, “el problema que tiene el aislamiento de bifidobacterias es que son totalmente anaerobias (se desarrollan en un entorno sin oxígeno), con lo cual resulta complicado mantener su viabilidad una vez asiladas”.
Una vez conseguido, los investigadores han encontrado no solo una especie concreta, sino una diversidad bifidobacteriana relativamente grande, incluso en la leche de una misma mujer.
El equipo investigador ha seleccionado las cepas de mayor interés -tanto desde el punto de vista de sus propiedades beneficiosas para la salud como de su producción a gran escala- para su utilización como bacterias probióticas.
La administración de estos microorganismos puede ser útil para la prevención o el tratamiento de procesos inflamatorios o alérgicos en la población infantil o adulta.
El trabajo se ha publicado en la revista Applied and Enviromental Microbiology, de la Sociedad Americana de Microbiología.
Según el profesor Rodríguez, “diversas compañías de nutrición infantil se han interesado por estas cepas”, de manera que se espera que en pocos meses se pueda encontrar ya en el mercado.
Fuente: EFE
Imagen: Raphael Goetter