El kéfir de leche casero es una bebida fermentada repleta de probióticos, conocida por sus múltiples beneficios para la salud. Su origen se remonta a las montañas del Cáucaso, donde se ha valorado durante siglos por sus propiedades nutricionales y terapéuticas.
Aprender a hacer kéfir en casa es una excelente manera de disfrutar de todas estas ventajas, además de ser un proceso sencillo y gratificante.
Hemos ya explicado que el kéfir está compuesto por organismos vivos que fermentan en un medio, que puede ser la leche o el agua azucarada. Aunque podemos comprar la bebida fermentada ya lista en el supermercado, los beneficios del kéfir son mucho más potentes si lo cultivamos en casa.
¿Qué es el kéfir de leche?
El kéfir es una bebida fermentada hecha a partir de leche y granos de kéfir. Estos “granos” son colonias de levaduras y bacterias beneficiosas que actúan fermentando la leche, transformándola en un líquido cremoso, ligeramente ácido y repleto de probióticos.
Es importante destacar que el kéfir de leche es diferente del kéfir de agua, ya que cada uno utiliza un tipo distinto de granos para su fermentación.
Beneficios del kéfir de leche
El consumo de kéfir de leche casero aporta múltiples beneficios para la salud, entre ellos:
- Mejora la salud digestiva: Los probióticos presentes en el kéfir ayudan a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino.
- Fortalece el sistema inmunológico: Algunas investigaciones sugieren que el kéfir puede mejorar la respuesta inmune.
- Aporta nutrientes esenciales: El kéfir es una fuente de proteínas, calcio, vitaminas del grupo B y potasio.
- Puede ser apto para intolerantes a la lactosa: Durante la fermentación, las bacterias del kéfir consumen la mayor parte de la lactosa de la leche, lo que puede hacerlo más tolerable para personas con intolerancia a la lactosa.
Materiales necesarios para hacer kéfir de leche en casa
Para comenzar a hacer tu propio kéfir de leche necesitarás:
- Granos de kéfir: Puedes obtenerlos en tiendas especializadas (puedes comprar los nódulos de kéfir de leche online aquí)
- Leche: Puedes usar cualquier tipo de leche, pero la leche entera ofrece los mejores resultados.
- Un frasco de vidrio: Para fermentar la mezcla.
- Una tela transpirable y una goma elástica: Para cubrir el frasco durante la fermentación.
- Un colador de plástico: Para separar los granos de kéfir de la leche fermentada.
Receta de kéfir de leche casero
Ingredientes
- 1 litro de leche (puede ser entera, semidesnatada o desnatada)
- 20 g de nódulos de kéfir
- Un frasco de vidrio con tapa
- Un colador de plástico o acero inoxidable
- Una cuchara de plástico o madera
Cómo hacer kéfir de leche paso a paso
- Preparación inicial: Coloca una o dos cucharadas de granos de kéfir en el frasco de vidrio.
- Añade la leche: Vierte aproximadamente dos tazas de leche sobre los granos. No debemos llenar del todo el frasco, solo 2/3 partes, ya que la fermentación producirá gas que necesita espacio.
- Cubre el frasco: Usa la tela y la goma elástica para cubrir la boca del frasco. Esto permite que la mezcla respire sin dejar entrar contaminantes.
- Deja fermentar: Coloca el frasco en un lugar cálido, fuera de la luz directa del sol, durante 24 a 48 horas. La temperatura ideal está entre 20 y 25ºC. En la velocidad de la fermentación influye la temperatura ambiente, la temperatura de la leche y la cantidad de nódulos. La leche no debe sobrepasar los 35º y la temperatura ambiental debe ser en torno a los 20º.5
- Verifica la consistencia: El kéfir está listo cuando tiene una consistencia ligeramente espesa y un sabor ácido. Si lo prefieres más espeso o ácido, déjalo fermentar un poco más.
- Cuela el kéfir: Usa el colador de plástico para separar los granos de la leche fermentada. Los granos pueden ser reutilizados para la siguiente tanda.
- Almacena el kéfir: El kéfir de leche ya está listo para consumir. Puedes guardarlo en el frigorífico.
Consejos y variaciones para hacer kéfir de leche
- Experimenta con la fermentación: Juega con los tiempos de fermentación para encontrar la textura y el sabor que más te gusten.
- Aromatiza tu kéfir: Una vez hecho, puedes añadirle frutas, miel o especias para darle un toque personal.
- Cuida tus granos de kéfir: Lávalos suavemente con agua filtrada entre cada uso. El líquido debe cambiarse cada 24 horas, aunque no vayamos a consumirlo. Hay quien lava el frasco y los nódulos cada 3 o 4 días con agua, pero otros no lo lavan nunca o pocas veces. En caso de que los lavéis, hacedlo con agua mineral, ya que el agua del grifo tiene cloro y podría destruir la población microbiana.
- El hongo de kéfir crece continuamente. Periódicamente debemos ir eliminando las partes malas y regalando a amigos y parientes trozos nuevos para que puedan hacer su propio kéfir.
- Los utensilios usados (recipiente y colador) no deben ser de aluminio, porque este material no es estable en un medio ácido, como el kéfir, y podría transferirle partículas nocivas.
- Variaciones de leche: Prueba con diferentes tipos de leche para variar el perfil nutricional y el sabor de tu kéfir.
- El líquido obtenido tiene un sabor ligeramente ácido y un poco de alcohol (1%), algo carbonatada. Se puede endulzar con azúcar o edulcorante, es mejor no usar miel porque podría reducir la población microbiana.
Cómo conservar el kéfir
Cuando no se deseamos tomar leche kefirada durante algún tiempo podemos conservar los nódulos de diferentes maneras:
- Nevera: Se mantiene hasta 14 días conservado en leche fresca a 4°C. Para que la conservación sea mejor se debe cambiar la leche pasados algunos días. Una vez que queramos reutilizar los nódulos, debemos reactivarlos dejándolos en leche fresca 2 o 3 días, ya que fermentarán más lentamente.
- Congelado: Debemos lavar y escurrir bien el hongo, introducirlo en una bolsa de plástico o tupper y congelarlo. Así aguanta mucho tiempo. Para descongelarlo, lo sacamos del congelador y lo dejamos descongelar en la nevera. Una vez descongelado, preparamos el kéfir como hemos visto durante tres días, desechando el líquido. Tras estos primeros días se puede volver a consumir normalmente.
Preguntas frecuentes sobre el kéfir de leche
¿Puedo usar leche sin lactosa para hacer kéfir?
Sí, puedes usar leche sin lactosa para hacer kéfir. Sin embargo, los granos de kéfir necesitan lactosa para sobrevivir a largo plazo, así que ocasionalmente deberás alimentarlos con leche regular.
¿Cómo puedo saber si mis granos de kéfir están saludables?
Los granos saludables son blancos o ligeramente amarillos, tienen una textura gelatinosa y crecen gradualmente con cada tanda de fermentación. Si los granos se vuelven marrones o dejan de crecer, es posible que no estén saludables.
¿Puedo hacer kéfir con leche vegetal?
Sí, es posible hacer kéfir con leche vegetal, pero los resultados pueden variar. Además, los granos de kéfir necesitan ocasionalmente ser revitalizados en leche de vaca para mantener su salud.
Cómo tomar kéfir
El kéfir es una bebida que puede tomarse como cualquier otra. El de leche tiene un sabor algo ácido, por lo que se puede endulzar como hemos visto anteriormente.
En el caso del kéfir de leche, podemos usarlo del mismo modo que haríamos con el yogur: en el desayuno acompañado de cereales, muesli o fruta fresca; para hacer batidos de fruta o smoothies, cremas de verdura, como la sopa fría Okroshka tradicional de Rusia; también puedes usarlo para cocinar, haciendo bizcochos u otras recetas con yogur, pero ten en cuenta que en la cocción perderá muchas de sus propiedades.
En cuanto a la cantidad, no hay una indicación precisa; podéis comprobar vosotros mismos cuál es la cantidad ideal en vuestro caso.
Como ves, hacer kéfir de leche casero es una forma sencilla y gratificante de mejorar tu salud digestiva y disfrutar de una bebida rica en probióticos. Con esta guía, puedes comenzar a experimentar en tu cocina y descubrir los muchos beneficios que ofrece el kéfir. ¡Anímate a probarlo y comparte tu experiencia!