Ayer hablábamos de un estudio que había salido sobre la mala alimentación de las madres lactantes. Ya os hemos mencionado en más de una ocasión que la salud de nuestros hijos (y la nuestra) cuando dependen de nosotros tanto en el embarazo como durante la lactancia, pasa por una buena alimentación.
Durante la alimentación en el embarazo las necesidades nutricionales de la mujer aumentan a consecuencia de un ascenso de los requerimientos energéticos, así como de la demanda de algunos micronutrientes (vitaminas y minerales). Dentro de estos minerales se incluyen el magnesio y el flúor, y ambos juegan un papel muy importante. Concretamente estos dos minerales ayudan a prevenir los calambres durante el embarazo y la aparición de caries dental respectivamente.
¿Quieres saber en qué medida se debe aumentar su consumo durante el embarazo?
Magnesio y embarazo
El magnesio es un mineral con importantes funciones en el organismo: forma parte de la matriz del hueso y juega un papel primordial en la relajación muscular. Por este motivo, la deficiencia de magnesio durante el embarazo se puede acusar con calambres en las piernas, sobre todo por la noche.
El flúor es un micromineral cuyos requerimientos se ven ligeramente aumentados durante esta etapa de la vida de la mujer. Durante el embarazo, la acidez bucal aumenta y los dientes necesitan una atención y cuidados especiales que eviten su desmineralización y la aparición de caries dental. El flúor juega un papel relevante en la prevención de caries de la mujer embarazada.
Los requerimientos de magnesio durante el embarazo aumentan, al igual que sucede con otros nutrientes. Es necesario incrementar la ingesta de este mineral en 100 miligramos adicionales al día, por lo que los requerimientos de magnesio para la mujer embarazada se sitúan en 400 miligramos diarios.
Por lo general, no es preciso tomar suplementos, puesto que una dieta variada y equilibrada es capaz de aportar a la mujer embarazada la cantidad diaria de magnesio que necesita. En caso contrario, será nuestro médico quien deba valorar la necesidad de ingerir suplementos.
Calambres por falta de magnesio
Durante el embarazo es común que aparezcan calambres en las piernas, sobre todo por la noche. Las causas de este incómodo trastorno son múltiples, si bien una de ellas puede tener relación con la falta de magnesio. En ese caso, la solución sería mejorar su aporte a través de la dieta.
El pescado y el marisco, las hortalizas y las verduras, los frutos secos y los granos integrales son algunas de las mejores fuentes dietéticas de magnesio. Asimismo, el agua embotellada también es buena fuente de dicho mineral.
Caries en el embarazo por la falta de flúor
El flúor es un mineral que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades, por lo que recibe el nombre de micromineral, junto a otros como el zinc, el yodo o el selenio. Sin embargo su presencia en la dieta es muy importante. De hecho, un aporte deficiente de flúor puede ocasionar la aparición de caries, ya que este micromineral, además de ser un elemento importante en la formación y mantenimiento de los huesos, participa también en la formación del esmalte dental.
El agua, el té, el pescado, los mariscos y algunas verduras como las espinacas y la col son los alimentos más ricos en flúor. Utilizar pastas dentífricas fluoradas es otra manera de aportar flúor a los dientes.
Las deficiencias nutricionales que puedan darse durante el embarazo no sólo afectan a la salud de la madre sino también a la del bebé. Una dieta desequilibrada puede provocar enfermedades bucales en la madre y en el niño, quien puede padecer problemas de dientes mal calcificados, así como alteraciones en el esmalte dental. Para evitar la aparición de estos problemas es importante tener en cuenta que el desarrollo dental del bebé va a comenzar desde el primer mes de embarazo.
Como véis llevar una dieta saludable en el embarazo contribuirá a la futura salud de vuestros hijos…
Fuente: Consumer
Imagen: superbez