Muchas veces hemos contado las virtudes y beneficios de los frutos secos, ¡un superalimento. Lamentablemente hay niños alérgicos o intolerantes a este gran alimento, pero…¿son imprescindibles?
En primer lugar os contaré qué diferencia hay entre una intolerancia y una alergia para que podáis distinguirlas. Y en segundo lugar veremos qué nos aportan los frutos secos y qué alternativas nutricionales hay para los alérgicos o intolerantes a este alimento.
Diferencias entre intolerancia y alergia alimentaria
Intolerancia alimentaria
- El organismo no puede asimilar el alimento o alguno de sus componentes y presenta síntomas como malestar digestivo, dolor abdominal, nauseas, diarrea…
- No interviene el sistema inmunológico.
- Se pueden comer pequeñas porciones del alimento sin presentar síntomas.
Alergia alimentaria
- Casi cualquier alimento que tenga proteínas puede producir alergia.
- Interviene el sistema inmunológico. Los síntomas son mayores y más graves.
- Moqueo o congestión nasal, asma, tos, sibilancia, trastornos respiratorios.
- Inflamación de labios, boca, lengua, cara, garganta, urticaria, erupciones o enrojecimiento, picazón, eczema.
- Dolor abdominal, diarrea, nauseas, vómitos, cólicos, hinchazón.
- Shock anafiláctico (shock generalizado grave).
Según la AESAN, la prevalencia se sitúa en un 89% para las almendras, 80% para los cacahuetes (es una leguminosa, pero por sus nutrientes se engloba en el grupo de frutos secos), 75% para las avellanas, 40% para las nueces y 30% para los piñones.
El único tratamiento es no comer frutos secos. Hay que extremar la precaución porque hay muchos alimentos que los contienen (postres, tartas y bollería industrial, el pan de hamburguesa, leche y pasta de almendras, turrones, polvorones, mazapán, guisos con frutos secos), por eso es muy importante leer siempre las etiquetas nutricionales.
¿Qué aportan los frutos secos y cómo podemos sustituirlos?
- Las alergias suelen ser a un determinado fruto seco, sin embargo, a veces es a todos o quizá en la etiqueta de algunos alimentos solo ponga “contiene o puede contener frutos secos” sin especificar, por tanto, es mejor no arriesgarse.
- Los frutos secos aportan vitamina E (un potente antioxidante), ácido fólico, fibra (ideal para combatir el estreñimiento, para regular el colesterol y saciante) y proteínas.
- Tienen una buena dosis de magnesio que tiene la propiedad de regular la tensión arterial y es muy importante para el buen funcionamiento de la musculatura.
- Y por último, esteroles vegetales que ayudan a regular el colesterol y por tanto, son protectores del sistema cardiovascular.
Fibra, minerales, vitaminas, antioxidantes. Los podemos conseguir consumiendo frutas, verduras y hortalizas cada día (5 raciones al día). Este gesto reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes. Debéis tener presente que lo ideal es tomar un alimento crudo en cada comida para que el nivel de antioxidantes se mantenga constante.
- Las legumbres también nos ayudan en este cometido, ya que son bajas en grasa y contienen minerales como el hierro, calcio, zinc, fósforo, yodo y potasio, además de vitaminas E y del grupo B y omega 6. Se recomienda consumirlas al menos 2 veces a la semana.
- Como hemos explicado anteriormente, el pescado azul es una muy buena fuente de omega 3, un potente antiinflamatorio y regulador del colesterol. También es rico, al igual que los frutos secos en vitaminas liposolubles (A, E y D). Las nueces y las almendras son los frutos secos más altos en omega 3.
- Aceite de oliva, nos aporta ácidos grasos y antioxidantes, sobre todo ácido oleico, protector cardiovascular.
Hay pocos alimentos que contengan todos los beneficios de los frutos secos por si solos, pero como veis, si vuestros hijos no pueden comerlos hay otras vías para conseguir esos estupendos nutrientes.