Cuando éramos pequeños el tema del pan en la comida familiar era incuestionable. Crecimos con la clásica barra de pan en la mesa, pero esa costumbre tan sana parece que hoy abandona los hogares bombardeados a veces por cuestiones como que “el pan engorda“. Nos acostumbramos a no consumirlo antes de ser padres y cuando nacen nuestro hijos sencillamente les privamos de este sano y nutritivo alimento.
Este hábito de eliminar el pan de la alimentación infantil es totalmente erróneo. Si eres un padre responsable y has decidido cuidar la alimentación de tu hijo presta atención.
Con el título de “El pan en la alimentación saludable del niño”, nutricionistas infantiles adscritos a la campaña “Pan cada día” presentaron en Sevilla, en colaboración con la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, una guía que destaca la importancia de “no abandonar” el pan en cada una de las comidas del día que hace el menor.
Este manual advierte de que un 40% de las enfermedades crónicas en edad adulta son consecuencia de una alimentación inadecuada. Por ello, hay que volver a incluir el pan en la dieta de los niños, defendió la coautora de este trabajo y jefe del Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco.
Entre las principales recomendaciones que incluye este manual destaca incluir una ración de pan (40-60 gramos) en cada una de las comidas para aportar al menor todos los nutrientes necesarios para mantener una dieta equilibrada. España, según la citada campaña, es unos de los países de la Unión Europea (UE) donde menos pan se consume por persona y año. En concreto 51,8 kilos, una cifra muy alejada de los 83 kilos por persona y año de Alemania o los 70 kilos de Francia.
El pan no engorda
La campaña asegura que entre las razones de este menor consumo se encuentra su “injustificada fama de que engorda” y su sustitución por otros alimentos que, además de no aportar ningún beneficio nutricional, aportan más grasa. Por desconocimiento o falta de tiempo los padres pueden abandonar las buenas costumbres y favorecer la inversión de la clásica pirámide de alimentación, advierte la guía.
“El pan aporta a nuestro organismo una serie de beneficios muy interesantes desde el punto de vista nutricional y es sobre todo efectivo para aportar a los más pequeños, y en forma de hidratos de carbono, toda la energía necesaria para afrontar el día”, resalta la doctora Polanco en dicho manual. Los hidratos de carbono son un nutriente esencial que proporciona al organismo la energía que necesita, contribuye al mantenimiento de la actividad muscular, mejora la actividad cerebral y del sistema nervioso e impide la degradación de las proteínas. Además el pan es fuente de vitaminas del grupo B, las relacionadas con el metabolismo. El pan también aporta otros nutrientes fundamentales, tales como la fibra, que favorece el tránsito intestinal, y minerales como el fósforo, magnesio, calcio o potasio, detalla Polanco.
Los nutricionistas recomiendan en general un consumo diario de entre 220 y 250 gramos de pan repartidos en las diferentes comidas. Incluso en las dietas de adelgazamiento se aconseja no renunciar a 100 gramos de pan diarios. En el caso de los deportistas se aconseja que entre el 60%-70% de las calorías consumidas cada día procedan de los hidratos de carbono.
2 comentarios
Sandra
He leído en algún sitio que a los niños pequeños es mejor darles pan blanco. Mi marido come más pan integral y yo más blanco ¿Es cierto?
Jelen
Aunque el consejo sea el de aumentar la fibra de la dieta, y una buena alternativa son los cereales integrales, conviene ser moderado, ya que el abuso de fibra puede provocar flatulencias o diarreas con el consiguiente malestar para los más pequeños. Es por ello que los alimentos ricos en fibra se deben ir añadiendo a la alimentación poco a poco. Y no hay que olvidar que una dieta rica en fibra ha de ir acompañada de una cantidad abundante de agua, entre 8 y 12 vasos diarios.