Si estás pensando en extraerte la leche materna para dársela después a tu bebé, no estaría de más que anotaras a qué hora la has extraído para dársela después a la misma hora a tu hijo. O eso es al menos lo que se extrae de los últimos estudios realizados, que parecen indicar que la leche materna varía su composición a lo largo del día…
Según un grupo de investigadores españoles, la composición de la leche materna varía a lo largo de las 24 horas del día y también lo hace el efecto que puede tener en el niño: despertarlo o relajarlo.
Al igual que no darías a nadie un café por la noche, con la leche pasa lo mismo. Tiene componentes que son propios del día y promueven la actividad del lactante y otros propios de la noche que facilitan su reposo”, señala Cristina Sánchez, una de las autoras del estudio publicado en ‘Nutritional Neuroscience’.
Para llegar a esta conclusión, un equipo de la Universidad de Extremadura, con la financiación de Laboratorios Ordesa (dedicados a la leche infantil), ha analizado la presencia en la leche materna de tres nucleótidos (adenosina, guanosina y uridina) que “excitan o relajan el sistema nervioso central, promoviendo el reposo o el sueño”. Durante un periodo de 24 horas, los expertos recogieron entre seis y ocho muestras diarias de leche materna de 30 mujeres residentes en Extremadura.
“Observamos que a lo largo del día los niveles de su composición cambiaban en la población estudiada”, afirman los autores en su estudio. La máxima concentración de nucleótidos se daba por la noche y la mínima por la mañana. De ahí que ‘dar el pecho’ al comienzo del día pueda tener un efecto más estimulante y darlo al final de la jornada puede relajar al recién nacido.
“En base a esto diseñamos productos lácteos para bebés para el día y la noche, aunque aún son necesarias más investigaciones para acercarnos a las características tan perfectas del producto natural”, apostilla la autora principal, Carmen Barriga, catedrática de Fisiología de la Universidad de Extremadura.
Aunque muchas madres, por cuestiones de trabajo, extraen el alimento del bebé a una hora del día, lo almacenan y después se lo dan, los expertos, apoyándose en sus resultados, aprovechan para insistir en que es recomendable administrar la leche a la misma hora en la que se extrae.
Para confirmar esta recomendación serían necesarios más estudios. En primer lugar, porque, “tal y como explican investigaciones previas, los nucleótidos son sólo uno de tantos mediadores que intervienen en el ciclo de sueño-vigilia. Ninguno de estos mediadores son indispensables por sí mismos para que los estados de sueño-vigilia se lleven a cabo”, expone Beatriz Flores Antón, neonatóloga y consultora certificada en lactancia del Hospital Universitario de Fuenlabrada.
No hay que olvidar que, según la Organización Mundial de la Salud, la leche materna cubre todas las necesidades fisiológicas del pequeño durante los primeros meses de vida. No sólo le protege a él de numerosas enfermedades como la diarrea y la neumonía, las dos causas principales de mortalidad infantil en el mundo, también reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario en fases posteriores.
“Es importante que el bebé pueda servirse de los beneficios que le aporta la leche materna, que es única e insustituible. Su composición varía para adaptarse a las necesidades específicas del bebé que la toma. De hecho, muchos científicos siguen investigando para descubrir las claves con las que crear un sucedáneo lo más parecido posible”, añade la especialista. “Incluso refrigerada, este alimento natural conserva la mayoría de sus propiedades”.
En la misma línea opina Enriqueta Román, jefe de servicio de Pediatría del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). “Si la madre no puede dar todas las tomas a su bebé, antes que sustituirlas por otra fórmula, siempre será mejor y tendrá más beneficios dejarle preparada la leche materna”.
Fuente: El Mundo
Imagen: Daquella manera