Cuando hablamos de alimentación infantil, una de las consultas más comunes en Pequerecetas tiene que ver con las diferentes “fobias” en distintos grados que tienen algunos niños. ¿Sabíais que el rechazo a probar nuevos alimentos se llama neofobia?, ¿y que la negativa a comer alimentos sólidos, fagofobia, puede estar causado por algún trauma anterior del niño?… son las fobias alimentarias, algunas muy comunes en un período determinado de edad, y la mayoría remiten si seguimos unas cuantas normas básicas.
Es muy común encontrar niños y adolescentes que consumen cierto tipo de alimentos (no justamente de los más nutritivos) y que se niegan con un miedo casi irracional a la idea de probar o introducir en su dieta otros alimentos fuera de los ya acostumbrados. Generalmente las verduras y las frutas son los alimentos que más rechazo provocan.
Sin embargo, el rechazo irracional a determinados alimentos no es un comportamiento exclusivo de los menores de edad. Son muchas las personas adultas que sienten un profundo rechazo a probar un alimento nuevo. Tanto en un caso como en otro, la comunidad científica cataloga la repulsión a un alimento concreto o la aversión a ingerir una determinada comida como un tipo de fobia hacia los alimentos o hacia el acto de comer. Descartadas todas las razones de rechazo hacia determinados alimentos por gustos o preferencias alimentarías, los nutricionistas detectan un caso de fobia cuando la simple posibilidad de tener que probar un alimento ocasiona una fuerte ansiedad en una persona acompañada de un miedo intenso e irracional, además de un rechazo compulsivo, profundo e inmediato hacia el alimento o el plato.
Para este trastorno se contemplan distintos tratamientos. En principio, los psicólogos son los especialistas que deben tratar al afectado. Estos profesionales coinciden en subrayar que cuanto más se insista en que el niño supere estos miedos, más se agrava la fobia, con el riesgo de transformarla en crónica, sobre todo si esta presión se realiza bajo amenazas o una actitud con la que el niño pueda asociar ese alimento a una situación desagradable y tensa.
Neofobia: miedo a probar alimentos nuevos
“No me gusta nada”. Esta es la respuesta de algunos niños y adolescentes, aunque también se da algún caso en adultos, que manifiestan una gran aversión a determinados alimentos, incluso sin haberlos probado nunca. Se trata de personas que desde sus primeros años de vida han rechazado de manera contundente la introducción de cualquier novedad en su dieta, convirtiéndola en monótona y desequilibrada por el reducido número de alimentos que consumen. La neofobia en la infancia no es un trastorno alimentario aislado, ya que la mitad de los niños de entre dos y diez años se niega en un primer momento a degustar un alimento nuevo.
Este rechazo es intenso y frecuente entre los menores que tienen entre cuatro y siete años. A partir de esta edad la mayoría de las situaciones de neofobia remiten. Los expertos en este campo subrayan la hipótesis de que la neofobia germina por el ofrecimiento a los niños de una alimentación monótona, tanto en variedad de alimentos, sabores, preparación de los platos y su presentación: asociar siempre los macarrones al tomate, el pescado al rebozo, etc.
No obstante, nuevas investigaciones revelan que el factor genético puede influir también en la neofobia alimentaria. Muchos niños catalogados por padres y educadores como malos comedores lo son porque alguno de sus progenitores también lo fue en su infancia. Por otro lado, hay que considerar que la actitud de agrado o desagrado que muestran los progenitores hacia los alimentos influye de manera determinante en las preferencias alimentarías de sus hijos, que tratan de imitar el comportamiento de sus padres.
Tratamiento
- Dejar el alimento a la vista del niño cada día, pero sin la más mínima invitación a que lo tome.
- Consumir ese alimento en familia, con toda naturalidad, delante del niño, pero sin ofrecerle que lo coma.
- Incluir en su dieta otros alimentos distintos pero que contengan los nutrientes que no toma debido a su fobia.
- Tratar de que participe en la preparación de la comida: invitar al niño a hacer la compra, a cocinar, a presentar los platos y a servirlos.
- No ofrecerle otro alimento que le agrade, como un sabroso postre, a cambio de que coma el alimento rechazado. Con este comportamiento se fortalece el deseo de rechazo. Los comentarios negativos sobre el plato preparado e, incluso, sobre el acto de comer – “ni te molestes en servirle, no lo va a probar…”- acentúan también el rechazo.
- Introducir el alimento de forma continuada, sin prisa pero sin pausa.
- Ofrecer el alimento rechazado en el primer plato, cuando más hambre tiene el niño, acompañado de su comida preferida, de manera tranquila, con una presentación cuidada y atractiva. El aspecto de la comida, el olor y el gusto, influyen de manera significativa en la apetencia por los alimentos.
- No hay que ofrecerle sólo los alimentos que sabemos que le gustan porque es una manera de predisponer al niño para que desarrolle neofobia. Lo conveniente es invitarle desde pequeño a probar la mayor variedad de alimentos y platos.
Fagofobia: fobia a tragar
La razón que motiva el rechazo de la comida es el terror a ahogarse o asfixiarse cuando se tragan los alimentos, ya sean líquidos o sólidos. Suele surgir en niños -aunque también se han comprobado casos en mayores- tras un episodio de atragantamiento con la comida, una esofagitis o faringitis muy dolorosa, o tras una experiencia de disfagia (dificultad para tragar). También hay niños que sufren fobia a tragar y dejan de comer por miedo a vomitar y a sentir dolor, por lo general después de haber vomitado tras un empacho, una fuerte gastroenteritis e, incluso, debido al malestar provocado por las sesiones de quimioterapia, si éstas se han aplicado próximas a la hora de la comida.
Sobre la fobia a tragar no se han publicado ensayos terapéuticos controlados en la literatura científica, tan sólo informes de casos. No obstante, la prevalencia es baja si se tiene en cuenta los pocos casos descritos, por lo que se concluye que es un proceso pasajero que se resuelve en la mayoría de los casos en menos de seis meses. El médico, antes del diagnóstico de fagofobia, descartará que se trata de cualquier otra enfermedad que pueda provocar los mismos síntomas como disfagia (dolor o dificultad física para tragar), globus (sensación de nudo en la garganta), anorexia nerviosa, trastorno obsesivo-compulsivo (temor a atragantarse con objetos no comestibles, como un trozo de cristal) o trastornos afectivos.
Sin embargo, en los afectados, aunque el malestar desaparece, persiste la conducta alimentaria de evitar la comida por miedo de tomar los alimentos con una textura cambiada -líquidos, semilíquidos, cremas, purés o yogures, por lo que limitan de forma considerable la variedad de la dieta. En algunos casos esta conducta alimentaria tan restrictiva se puede confundir con el diagnóstico de anorexia nerviosa.
Tratamiento
- Comenzar por servirle al afectado purés líquidos hasta llegar, de manera gradual, a un puré espeso y más tarde a alimentos sólidos.
- Añadir a los purés algún tropiezo de carne, pescado o huevo, primero triturado, y luego en trozos pequeños.
- Introducir en su dieta los alimentos sólidos a partir de alimentos blandos como huevo pasado por agua, pescado hervido, luego frito, verdura cocida, carne picada y, finalmente, carne fácil de masticar.
- Este plan dietético irá acompañado de un plan conductual dirigido por el psicólogo, así como de un curso de educación nutricional elemental referida al contenido de nutrientes de los alimentos en una dieta adecuada a las necesidades individuales.
Los alimentos que provocan más rechazo
Aunque el término neofobia no discrimina el tipo de alimentos, un estudio inglés realizado entre 564 madres detectó que los niños no muestran rechazo a unos cuantos alimentos al azar, sino a un grupo estratégicamente elegido considerado por la especie humana como sospechoso. Las verduras crudas y amargas son las más difíciles de introducir en la dieta. El pescado es otro de los más odiados por los pequeños.
Los niños tienden a rechazar lo verde, es decir, las verduras, así como también las frutas, identificadas con el color rojo. Cuando esto sucede, los papás cometen el error de ofrecer a sus hijos aquellos alimentos que están seguros de que los chicos van a aceptar y entonces se cae en las carnes, la patata, los postrecitos, los lácteos, las patitas de pollo, las hamburguesas y las salchichas.
La neofobia parece tener una excepción: los alimentos dulces. Con seguridad, un alimento nuevo, pero dulce no presenta dificultad para ser incorporado. De hecho, éste es el motivo por el que la mayoría de los preparados infantiles contienen azúcar.
Recientemente, en un importante estudio con gemelos, llevado a cabo por el equipo de la Dra. Cooke, del Departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College de Londres, halló que aproximadamente el 80% de la tendencia infantil a rechazar alimentos nuevos, se debe a causas genéticas.
Las influencias heredadas genéticamente explican el 78% del puntaje de variación de neofobia alimentaria, mientras que factores de influencia ambientales sumaron solamente un 22% de la variación.
La mayoría de los niños comen una amplia variedad de alimentos hasta los 2 años, cuando repentinamente dejan de hacerlo. La etapa puede durar hasta los 4 ó 5 años. Según los investigadores, se trata de una respuesta de la evolución. Las papilas gustativas de los chicos se cierran cuando empiezan a caminar, lo que hace que controlen más lo que comen.
Dicho rechazo podría haber sido una ventaja evolutiva en la prevención de las especies y su exposición a alimentos potencialmente tóxicos, según mencionaron los investigadores en el American Journal of Clinical Nutrition.
A pesar de que la neofobia parece ser genética, los médicos coinciden en que los padres de niños que comen mal no deben rendirse y cocinarles nada más que pastas.
54 comentarios
Leticia
Hola mi hija esta atravesando la misma situación desde una faringitis hace un mes, la lleve a la pediatra ña trato de anorexia y la asustó con inyecciones. Que me aconsejas estoy desesperada por perdida de peso y su estado de ánimo.
Chica
Hola no se si este articulo este actualizado, ojalá lo este ya que veo que es un poco viejo, pero me pase algo muy similar con uno de mis hijos, resulta que se estaba asfixiando con un golosina de las que tiene vitaminas la vimos muy mal gracias a Dios reaccionamos a tiempo y bueno el tiene fobia a y tratar no come carne ni arroz ni huevo nada.. únicamente leche lleva un un par de días así si alguien tuviera algunos consejos , alguien que allá pasado por las mismas cosas lo agradecería
PAULA
mi hija le gusta comer alimentos crudos, harina y demas cosas, se roba la comida cruda de la nevera y me preocupa porque no me parece normal, si tienen algo que decirme al respecto agradezco sus orientaciones
Alba
Hola, cuando era niña a mis 9 años o por esa edad me empezó la fobia a ahogarme, mi madre dice que fue porque me atraganté con algo pero yo sinceramente no lo recuerdo, solo se que pasé un infierno durante al menos dos años en los que sólo comía puré de patatas, tortillas y poco más, siempre lento y con el miedo de que eso tuviera trazas que pudieran quedarseme en la garganta, muchas de esas veces en las que comía al rato sentía una ansiedad horrible y eso hacía que notase algo en mi garganta, con miedo a ahogarme me daban ataques de ansiedad y hasta que no iba al médico no me tranquilizaba, esto me pasaba no solo con la comida que yo misma comiera sino el hecho de que alguien comiese algo como pipas o cualquier cosa a mi lado me causaba pánico, llegué a pensar que estaba loca, pero con el paso de ese tiempo lo superé sin ayuda de ningún psicólogo, no obligueis a vuestros hijos a comer las cosas porque eso solo causará más rechazo,os aseguro que esto se les pasará.
Romi
Debe ser duro para una abuela o madre esa situación. Si a esta altura sigue así, hoy 2019, yo diría que no hay que descuidar lo emocional en la persona. Algo le esta pasando o estresando, creando ansiedad en él, lo que generalmente termina con ataques de pánico que usted menciono ya tiene. Hay que saber que le pasa, quizás un tratamiento psicológico que le ayude a bajar su ansiedad y luego esa sensación de no poder tragar desaparecerá cuando el se sienta mas seguro con si mismo. También pasa con algunas personas con ansiedad que sienten una pelota en su garganta cuando no hay nada, pero lo sienten tan real. Es un nudo que se hace por sus emociones. Es una pena que cada vez son mas los niños afectados con este mal del stress y la ansiedad, pero hay que buscar que le crea esa situación, si es en la escuela, en la familia, en el barrio… que le pasa? Espero que este bien. Saludos
nilda ester vignola
mi nieto dw 11 años…hace un mes vomito flemas abundantes..t tuvo ataque de panico..sufre de sinucitis..lo medicaron con spray nasal y le permite arrojar los mocos..una gotas homeopaticas…pero..bajo mucho de peso..cada vez que tiene que comer..solo liquidos..yyoghurt..algo de pure o helado.Sus ecografias dan normal..y los dos pediatras que lo revisaron..dicen que nada le impide tragar..que hay que tener paciencia. Tiene buen animo y vitalidad..hasta que tiene que comer..vomita..escupe y llora.Es sumamente inteligente..abanderado….soy una abuela sobreprotectora.y me desespero. Que hago???-
Jesus
Me ha pasado lo mismo pero con un grano de arroz. Esto le ha pasado a mi hijo de 54 años es muy difícil de tratar su alimentación de ha basado en agua le da igual del grifo q de botella o q Del Mar también bebe zumos de sabores y le gusta el yogurt
JAIRO PARRA
tengo m una ñiña de 13 años no le gusta el huevo el pescado el pollo y muy complicada pára comer cuando era pequeña comia huevo y pollo pero desde
los 10 años no le gusta que hago que le doy gracias
JAIRO PARRA
tengo m una ñiña de 13 años no le gusta el huevo el pescado el pollo y muy complicada pára comer cuando era pequeña comia huevo y pollo pero dersder loss 10 años no le gusta que hago que le doy gracias
Ysabel
hola bueno, tambien estoy pasando por esta terrible experiencia, mi nena de 4 años ha sido de mal comer o comia muy poco a parte que sufre de estreñimiento cosa q tambien ha sido bastante irritante debido a las dietas q mandan los especialistas, el caso es q hace mas de un mes se ahogo con un pedazo de queso derretido, desde ese dia no quiere comer nada solidio es muy fuerte al principio nos asustamos pensamos q tenia algo en la garganta hasta m deprimi por el estado de mi nena, hasta ahora ha comido crema de ahuyama es lo q mas come y le agrego pollo, pescado, zanahorias, apios, papas y asi todo licuado espero esto pase pronto si Dios quiere. lo mas extraño es q come pepitos, galletas, yogur por lo menos xq he leido algunos casos expuestos aqui y creo son mas fuertes.