Si hay un clásico en nuestras cocinas que nunca falla, ese es el bacalao frito. Da igual si lo has comido en Semana Santa, en casa de tu abuela o un día cualquiera en casa: el bacalao frito es de esas recetas que siempre vuelven. Y lo mejor es que no necesita florituras para estar bueno, con un buen bacalao, un toque de harina y la sartén caliente, tenemos medio plato hecho.
Ahora bien, como no todo el mundo tiene tiempo (ni ganas) de ponerse con el aceite caliente, también te contamos cómo hacer el bacalao frito en freidora de aire. Porque sí, se puede, y queda sorprendentemente bien. Crujiente, sabroso y con menos grasa, por si estás intentando cuidar un poco más la dieta sin renunciar al sabor de siempre. Vamos, que tengas la cocina que tengas, aquí hay una opción para ti.
El otro día ya os enseñamos cómo preparar bacalao rebozado en freidora de aire, y hoy vamos a preparar una versión más ligera aún, ya que no lleva rebozado.
Y ya que estamos hablando de cuidar un poco más la alimentación, el bacalao no se queda corto: es un pescado bajo en grasa, rico en proteínas y con una buena dosis de omega 3, fósforo y vitaminas del grupo B. Así que si lo preparamos bien, no solo es un plato de toda la vida, también puede ser una opción muy completa para comer en familia.
Receta de bacalao frito tradicional
Ingredientes
- 500 g de bacalao desalado (en lomos o trozos)
- 100 g de harina de trigo
- 1 huevo (opcional, si quieres un rebozado más consistente)
- 1 diente de ajo (opcional, para aromatizar el aceite)
- Aceite de oliva para freír
- Sal (solo si el bacalao no está ya en su punto)
- Perejil fresco para decorar (opcional)
Cómo hacer bacalao frito tradicional paso a paso
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Lo primero que hacemos es asegurarnos de que el bacalao está bien desalado. Si lo hemos comprado ya listo para cocinar, nos ahorramos este paso. Si no, lo dejamos en agua en la nevera entre 24 y 48 horas, cambiando el agua cada 8 horas.
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Secamos bien los trozos de bacalao con papel de cocina. Este paso es clave para que la harina se adhiera bien y no salte el aceite al freír.
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Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén grande. Si queremos, podemos añadir un diente de ajo pelado para dar sabor, pero luego lo retiramos antes de freír.
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Enharinamos el bacalao por todos los lados. Si preferimos un rebozado más crujiente, también podemos pasarlo por huevo batido después de la harina.
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Cuando el aceite esté bien caliente pero sin humear (unos 170-180 ºC), vamos friendo los trozos de bacalao por tandas, sin amontonarlos. Les damos la vuelta cuando estén dorados por un lado, y los sacamos cuando estén crujientes por fuera y jugosos por dentro, unos 2-3 minutos por lado dependiendo del grosor.
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Los dejamos escurrir sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite y los servimos recién hechos, con un poco de perejil por encima si queremos darles un toque de color.
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Receta de bacalao frito en freidora de aire
Ingredientes
- 500 g de bacalao desalado
- 100 g de harina de trigo
- 1 huevo (opcional)
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- Spray de aceite (opcional, para mejorar el dorado)
- Sal (solo si hace falta)
Cómo hacer bacalao frito en freidora de aire
- Primero secamos bien el bacalao con papel absorbente, igual que en la versión tradicional. Cuanto más seco esté, mejor se pegará la harina y menos humedad soltará en la freidora.
- Rebozamos los trozos de bacalao: primero los pasamos por harina y, si queremos un rebozado más consistente, también por huevo batido. En este caso es recomendable usar huevo, ya que al no sumergirse en aceite, el rebozado necesita un poco más de “pegamento”.
- Pincelamos ligeramente los trozos de bacalao con un poco de aceite de oliva, o si tenemos, usamos un spray para cubrirlos de forma uniforme.
- Precalentamos la freidora de aire a 180 ºC durante 3 minutos. Colocamos los trozos en la cesta sin amontonarlos, y cocinamos durante 10-12 minutos. A mitad de cocción les damos la vuelta y, si lo vemos necesario, rociamos de nuevo con un poco de aceite para conseguir un dorado más uniforme.
- Cuando estén crujientes y dorados por fuera, y jugosos por dentro, los sacamos y servimos directamente. No hace falta papel absorbente, porque apenas habrán soltado grasa.
Consejos para que el bacalao frito quede perfecto
Tanto si lo haces en sartén como si te animas con la freidora de aire, hay algunos trucos que pueden marcar la diferencia entre un bacalao jugoso y uno seco o con el rebozado pegado. Aquí van los que siempre nos funcionan:
- Seca bien el bacalao antes de rebozarlo. Da igual el método que uses, este paso es clave para que la harina se adhiera bien y no se forme una capa gomosa. Usa papel de cocina y sécalo por todos lados.
- Elige bien el bacalao. Puedes usar lomos gruesos para que queden jugosos por dentro, o trozos más finos si prefieres que se hagan rápido. Si usas bacalao en salazón, asegúrate de desalarlo con tiempo (mínimo 24-48 horas).
- No pongas sal si el bacalao ya está en su punto. Muchas veces viene ya desalado, y añadir más sal solo lo estropea. Pruébalo si tienes dudas antes de cocinarlo.
- En sartén, vigila la temperatura del aceite. Si está muy frío, el bacalao absorberá aceite. Si está demasiado caliente, se dorará por fuera antes de hacerse por dentro. Lo ideal es mantenerlo entre 170 y 180 ºC.
- En freidora de aire, usa algo de aceite. Aunque la gracia está en cocinar sin fritura, una pequeña pincelada o spray de aceite mejora mucho la textura del rebozado y ayuda a dorarlo bien.
- No lo cocines demasiado. El bacalao se hace muy rápido. Si te pasas de tiempo, puede quedar seco y perder toda su gracia. Vigila el punto justo: dorado por fuera, jugoso por dentro.
Cómo acompañar el bacalao frito
Una de las cosas buenas del bacalao frito es que combina con casi cualquier guarnición. Podemos montar un plato sencillo o preparar algo más completo, según el día y el hambre que tengamos.
Una opción que queda muy bien —como en la foto— es servirlo con arroz blanco y una salsa suave, tipo bechamel ligera o una salsa de yogur con ajo y perejil. El contraste entre el arroz cremoso y el bacalao crujiente funciona de maravilla, y además es una forma de completar el plato sin complicarse demasiado.
Si preferimos algo más tradicional, también podemos acompañarlo con unas patatas panaderas, puré de patata o incluso unas verduras asadas. Para algo más fresco, una ensalada con tomate aporta un buen contrapunto.
Y si queremos darle un aire más festivo, no fallan los pimientos del piquillo salteados o una escalivada fría. En cualquier caso, el bacalao es el protagonista… pero con una buena compañía, brilla aún más.
Preguntas frecuentes sobre el bacalao frito
¿Se puede hacer bacalao frito con bacalao congelado?
Sí, sin problema. Solo hay que asegurarse de descongelarlo completamente antes de cocinarlo y secarlo muy bien con papel de cocina. Si queda algo de agua, el rebozado no se pegará bien y el bacalao soltará líquido al freírse.
¿Cómo se desala correctamente el bacalao en salazón?
Lo ideal es dejarlo en remojo en la nevera durante 24 a 48 horas, cambiando el agua cada 8 horas. Los trozos gruesos necesitarán más tiempo que los finos. Si tienes dudas, corta un trocito pequeño y pruébalo antes de cocinar.
¿Queda crujiente el bacalao en freidora de aire?
Sí, aunque no exactamente igual que frito en sartén. El truco está en usar un poco de aceite para ayudar al dorado, y no sobrecargar la cesta. Si lo rebozas con harina y huevo, y usas spray de aceite, el resultado es muy bueno.
¿Cuánto tiempo aguanta el bacalao frito en la nevera?
Mejor consumirlo en el mismo día, pero puede guardarse en la nevera hasta 2 días en un recipiente hermético. Para recalentarlo, lo ideal es usar horno o freidora de aire para que recupere algo de crujiente.
¿Qué tipo de harina es mejor para rebozar el bacalao?
La más común es la harina de trigo normal, pero también puedes usar harina de garbanzo o de arroz si buscas una opción sin gluten. Otra opción es mezclar harina con una pizca de maicena para un rebozado más ligero.
Tanto si lo hacemos a la manera de siempre como si preferimos encender la freidora de aire, este bacalao frito nos demuestra que lo tradicional y lo práctico pueden ir de la mano. Una receta familiar de las que nunca fallan