Quizás los conozcas por Bizcocho de Soletilla o Soletillas, Melindros, Savoiardi, Lady Fingers, Biscuit à cuiller, o como Plantillas, Lenguas, Vainillas, Suspiros,… Depende del lugar del mundo en el que te encuentres podemos llamarlas de una u otra forma, pero seguimos hablando de la misma galleta dulce, esponjosa, seca en el exterior, y con un interior más ligero, de forma alargada, con los extremos redondeados y con un toque azucarado en la parte superior.
Su preparación se caracteriza por no contener levadura y, a partir de harina, huevos y azúcar, trabajados y aireados durante la elaboración, se consigue la textura esponjosa y con volumen que los hace únicos.
La masa del bizcocho de soletilla o melindros es la misma que la del bizcocho genovés, un bizcocho de la cocina italiana y francesa usado para múltiples recetas reposteras (brazo de gitano, tarta Sacher, …), pero en algunos casos podemos encontrar variaciones en su elaboración.
Es una de mis recetas de bizcocho preferidas, y no quería perder la ocasión de mostraros lo sencillos que son de elaborar en casa, no tienen ninguna dificultad. Así que os animo a preparar la receta para que notéis la diferencia con los comprados ¡es muchísima!
Vamos a preparar esta deliciosa receta de bizcochos de soletilla
Receta de Bizcochos de soletilla o Melindros caseros
Ingredientes
- 3 huevos medianos
- 90 g de azúcar
- 75 g de harina de trigo
- Sal
- 6 g de levadura química
- azúcar glas para espolvorear
Cómo hacer Bizcochos de soletilla (Melindros o Savoiardi)
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Preparamos la masa
- Precalentamos el horno a 200ºC calor arriba y abajo
- Separamos las yemas de las claras
- Por un lado montamos las claras con unas varillas eléctricas y una pizca de sal hasta que tengan un punto firme.
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- En otro recipiente batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen.
- Agregamos la harina tamizada con la levadura química y mezclamos con movimientos envolventes.
- Por último y poco a poco unimos las claras montadas con la mezcla anterior.
- Podemos echar una cucharada de claras montadas y unir sin miedo, para aligerar la mezcla, y el resto lo iremos añadiendo poco a poco con cuidado, con movimientos envolventes de abajo arriba.
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Formamos los bizcochos de soletilla o melindros
- Forramos dos placas de horno con papel de hornear y con ayuda de una manga pastelera formamos tiras de masa de unos 3 cm de ancho
- Espolvoreamos con azúcar glas justo antes de incorporar los bizcochos de soletilla al horno.
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Horneamos
- Horneamos durante unos 13-15 minutos a 180ºC calor arriba y abajo, hasta que los bizcochos de soletilla estén ligeramente dorados.
- Transcurrido el tiempo, retiramos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla
- Separamos con mucho cuidado los bizcochos de soletilla del papel de horno.
Cómo acompañar los bizcochos de soletilla o melindros
Estos bizcochos de soletilla o melindros son perfectos para mojar en un chocolate caliente o café, o sencillamente con un buen vaso de leche, porque absorben muy bien el líquido, como ocurre por ejemplo con las magdalenas caseras.
Consejos para hacer unos bizcochos de soletilla perfectos
Claras de huevo firmes
- Es importante que las claras de huevo se monten bien y queden firmes, esto hará que nuestros bizcochos de soletilla sean esponjosos.
Yemas de huevo con azúcar bien batidas
- Al batir los huevos con el azúcar, tenemos que batirlos hasta que la preparación sea blanquecina y espumosa, es entonces cuando estará lista para aportar jugosidad a nuestros bizcochos de soletilla.
Bizcochos de soletilla finos
- El secreto de estos bizcochos de soletilla es no hacerlos demasiado gruesos, veréis como de esta forma quedan muy esponjosos y ligeros.
Cómo conservar los bizcochos de soletilla o melindros caseros
- Los bizcochos de soletilla o melindros, una vez fríos los podemos guardar en una caja metálica o hermética, y se conservaran en perfecto estado durante 8 – 9 días ¡aunque no creo que duren tanto!.
- Con esta receta conseguirás unos bizcochos de soletilla esponjosos, y no quedarán duros con el paso de los días.
Origen de los bizcochos de soletilla
Los bizcochos de soletilla o melindros son imprescindibles en muchas recetas de repostería, nos sirven para acompañar natillas o mousse, también para bases como tartas,… pero también se pueden disfrutar por sí solos.
En Cataluña es tradición preparar chocolatadas en las que se sirve una taza de chocolate caliente y espeso en la que se remojan los Melindros.
Los Savoiardi en su versión italiana, suelen usarse en preparaciones reposteras como el Tiramisú, o la tarta Charlotte, en cuyo caso originalmente se utilizarían la versión francesa de Biscuit à cuiller. Por su textura rígida y seca, conservan fácilmente su forma, y al mismo tiempo, su esponjosidad retiene bien los líquidos.
En cuanto a su origen los bizcochos de soletilla (cuyo nombre viene de que se asemejan a las suelas de los zapatos), son de origen francés, donde se llamaban biscuit à la cuillère, ya que la masa se ponía con una cuchara en la bandeja del horno.
Parece que estos dulces nacieron a finales del siglo XV, cuando el rey de Francia visitó la corte del Duque de Saboya, y, como ofrecimiento especial a éste, se elaboraron por primera vez.
Estos bizcochitos gustaron tanto que se les empezó a llamar Savoiardi, o Biscotto Savoiardo y se ofrecían a los visitantes como las galletas de la corte.
Parece que más tarde un ministro de Napoleón pidió a su pastelero que los alargara para poder mojarlos, y ahí nació esa forma alargada tan característica.
¿Qué te ha parecido la historia y receta de los bizcochos de soletilla o melindros? Te animamos a prepararlos porque son muy sencillos de hacer y os van a encantar para la merienda familiar.