El kéfir de leche casero es una bebida fermentada repleta de probióticos, conocida por sus múltiples beneficios para la salud. Su origen se remonta a las montañas del Cáucaso, donde se ha valorado durante siglos por sus propiedades nutricionales y terapéuticas.
Aprender a hacer kéfir en casa es una excelente manera de disfrutar de todas estas ventajas, además de ser un proceso sencillo y gratificante.
Hemos ya explicado que el kéfir está compuesto por organismos vivos que fermentan en un medio, que puede ser la leche o el agua azucarada. Aunque podemos comprar la bebida fermentada ya lista en el supermercado, los beneficios del kéfir son mucho más potentes si lo cultivamos en casa.
¿Qué es el kéfir de leche?
El kéfir es una bebida fermentada hecha a partir de leche y granos de kéfir. Estos “granos” son colonias de levaduras y bacterias beneficiosas que actúan fermentando la leche, transformándola en un líquido cremoso, ligeramente ácido y repleto de probióticos.
Es importante destacar que el kéfir de leche es diferente del kéfir de agua, ya que cada uno utiliza un tipo distinto de granos para su fermentación.
Receta de kéfir de leche casero
Ingredientes
- 1 litro de leche (puede ser entera, semidesnatada o desnatada)
- 20 g de nódulos de kéfir
- Un frasco de vidrio con tapa
- Un colador de plástico o acero inoxidable
- Una cuchara de plástico o madera
Materiales necesarios para hacer kéfir de leche en casa
Para comenzar a hacer tu propio kéfir de leche necesitarás:
- Granos de kéfir: Puedes obtenerlos en tiendas especializadas
- Leche: Puedes usar cualquier tipo de leche, pero la leche entera ofrece los mejores resultados.
- Un frasco de vidrio: Para fermentar la mezcla.
- Una tela transpirable y una goma elástica: Para cubrir el frasco durante la fermentación.
- Un colador de plástico: Para separar los granos de kéfir de la leche fermentada.
Cómo hacer kéfir de leche paso a paso
- Preparación inicial: Coloca una o dos cucharadas de granos de kéfir en el frasco de vidrio.
- Añade la leche: Vierte aproximadamente dos tazas de leche sobre los granos. No debemos llenar del todo el frasco, solo 2/3 partes, ya que la fermentación producirá gas que necesita espacio.
- Cubre el frasco: Usa la tela y la goma elástica para cubrir la boca del frasco. Esto permite que la mezcla respire sin dejar entrar contaminantes.
- Deja fermentar: Coloca el frasco en un lugar cálido, fuera de la luz directa del sol, durante 24 a 48 horas. La temperatura ideal está entre 20 y 25ºC. En la velocidad de la fermentación influye la temperatura ambiente, la temperatura de la leche y la cantidad de nódulos. La leche no debe sobrepasar los 35º y la temperatura ambiental debe ser en torno a los 20º.5
- Verifica la consistencia: El kéfir está listo cuando tiene una consistencia ligeramente espesa y un sabor ácido. Si lo prefieres más espeso o ácido, déjalo fermentar un poco más.
- Cuela el kéfir: Usa el colador de plástico para separar los granos de la leche fermentada. Los granos pueden ser reutilizados para la siguiente tanda.
- Almacena el kéfir: El kéfir de leche ya está listo para consumir. Puedes guardarlo en el frigorífico.
Consejos y variaciones para hacer kéfir de leche
- Experimenta con la fermentación: Juega con los tiempos de fermentación para encontrar la textura y el sabor que más te gusten.
- Aromatiza tu kéfir: Una vez hecho, puedes añadirle frutas, miel o especias para darle un toque personal.
- Cuida tus granos de kéfir: Lávalos suavemente con agua filtrada entre cada uso. El líquido debe cambiarse cada 24 horas, aunque no vayamos a consumirlo. Hay quien lava el frasco y los nódulos cada 3 o 4 días con agua, pero otros no lo lavan nunca o pocas veces. En caso de que los lavéis, hacedlo con agua mineral, ya que el agua del grifo tiene cloro y podría destruir la población microbiana.
- El hongo de kéfir crece continuamente. Periódicamente debemos ir eliminando las partes malas y regalando a amigos y parientes trozos nuevos para que puedan hacer su propio kéfir.
- Los utensilios usados (recipiente y colador) no deben ser de aluminio, porque este material no es estable en un medio ácido, como el kéfir, y podría transferirle partículas nocivas.
- Variaciones de leche: Prueba con diferentes tipos de leche para variar el perfil nutricional y el sabor de tu kéfir.
- El líquido obtenido tiene un sabor ligeramente ácido y un poco de alcohol (1%), algo carbonatada. Se puede endulzar con azúcar o edulcorante, es mejor no usar miel porque podría reducir la población microbiana.
Cómo conservar el kéfir
Cuando no se deseamos tomar leche kefirada durante algún tiempo podemos conservar los nódulos de diferentes maneras:
- Nevera: Se mantiene hasta 14 días conservado en leche fresca a 4°C. Para que la conservación sea mejor se debe cambiar la leche pasados algunos días. Una vez que queramos reutilizar los nódulos, debemos reactivarlos dejándolos en leche fresca 2 o 3 días, ya que fermentarán más lentamente.
- Congelado: Debemos lavar y escurrir bien el hongo, introducirlo en una bolsa de plástico o tupper y congelarlo. Así aguanta mucho tiempo. Para descongelarlo, lo sacamos del congelador y lo dejamos descongelar en la nevera. Una vez descongelado, preparamos el kéfir como hemos visto durante tres días, desechando el líquido. Tras estos primeros días se puede volver a consumir normalmente.
Beneficios del kéfir de leche
El consumo de kéfir de leche casero aporta múltiples beneficios para la salud, entre ellos:
- Mejora la salud digestiva: Los probióticos presentes en el kéfir ayudan a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino.
- Fortalece el sistema inmunológico: Algunas investigaciones sugieren que el kéfir puede mejorar la respuesta inmune.
- Aporta nutrientes esenciales: El kéfir es una fuente de proteínas, calcio, vitaminas del grupo B y potasio.
- Puede ser apto para intolerantes a la lactosa: Durante la fermentación, las bacterias del kéfir consumen la mayor parte de la lactosa de la leche, lo que puede hacerlo más tolerable para personas con intolerancia a la lactosa.
Preguntas frecuentes sobre el kéfir de leche
¿Qué leche se puede usar para hacer kéfir de leche?
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Para hacer kéfir de leche, puedes usar distintos tipos de leche, siempre que tenga suficientes nutrientes para alimentar a los nódulos de kéfir. Aquí te explico las mejores opciones y sus características.
Leche de vaca
Es la más común y fácil de encontrar. Contiene un equilibrio ideal de grasas, proteínas y lactosa, lo que favorece el crecimiento de los probióticos del kéfir.
– Entera: Da un kéfir más cremoso y con mejor textura.
– Semidesnatada o desnatada: Funciona, pero el kéfir puede quedar más líquido y menos nutritivo.
Leche de cabra
Tiene menos lactosa y proteínas más fáciles de digerir que la de vaca. Produce un kéfir más líquido y con un sabor ligeramente ácido.
Leche de oveja
Es más rica en grasas y proteínas, por lo que el kéfir resultante es muy cremoso y con un sabor intenso.
Leches vegetales (opciones alternativas)
Si eres intolerante a la lactosa o sigues una dieta vegana, puedes usar leches vegetales, pero hay que asegurarse de que contengan algún tipo de azúcar natural para alimentar los nódulos:
Leche de coco: Da un kéfir espeso y con un ligero sabor dulce. Se recomienda usar una versión sin aditivos.
– Leche de almendra o de avena: Funcionan, pero pueden necesitar un poco de azúcar añadido para que la fermentación sea efectiva.
– Leche de soja: Fermenta bien y da un kéfir con buena textura.
Leches que no funcionan bien
– Leche UHT (ultrapasteurizada): Puede dar problemas porque el proceso térmico altera los nutrientes. Aun así, algunos logran usarla con éxito.
– Leche sin lactosa: No es ideal porque los nódulos necesitan lactosa para fermentar correctamente.
En resumen, la mejor opción es la leche entera de vaca, cabra u oveja. Si optas por una leche vegetal, asegúrate de que tenga azúcar natural o agrégale un poco para ayudar a la fermentación
¿Puedo usar leche sin lactosa para hacer kéfir?
No es recomendable usar leche sin lactosa para hacer kéfir, ya que los nódulos de kéfir necesitan la lactosa para fermentar correctamente.
Por qué no funciona bien la leche sin lactosa
La lactosa es el principal alimento de las bacterias y levaduras del kéfir.
La leche sin lactosa ha sido tratada con lactasa, una enzima que descompone la lactosa en glucosa y galactosa, lo que dificulta la fermentación adecuada.
Aunque algunas personas han logrado fermentar leche sin lactosa, el crecimiento de los nódulos suele verse afectado y pueden debilitarse con el tiempo.
Alternativas si eres intolerante a la lactosa
Si no puedes consumir lactosa, tienes varias opciones:
– Fermentar con leche normal y luego colarla
Durante la fermentación, los nódulos de kéfir descomponen gran parte de la lactosa, por lo que muchas personas con intolerancia leve pueden consumir kéfir sin problemas.
– Usar leches vegetales
– Leche de coco, almendra o avena pueden funcionar, pero es recomendable añadir una pequeña cantidad de azúcar para alimentar a los nódulos.
Los nódulos no crecen tan bien en leches vegetales, por lo que es mejor fermentarlos ocasionalmente en leche normal para mantenerlos saludables.
– Hacer kéfir de agua
Es una alternativa sin lácteos que se fermenta con azúcar y agua en lugar de leche.
Si quieres probar con leche sin lactosa, lo mejor es hacer pequeñas pruebas, pero lo ideal es usar leche con lactosa para mantener los nódulos fuertes y activos
¿Cuánto tiempo se debe dejar fermentar el kéfir de leche?
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El kéfir de leche debe fermentar entre 12 y 48 horas, dependiendo de la temperatura y de la textura y sabor que prefieras.
Factores que influyen en el tiempo de fermentación:
– Temperatura ambiente:
En climas cálidos (25-30°C), el kéfir fermenta más rápido y puede estar listo en 12-24 horas.
En climas fríos (15-20°C), puede tardar hasta 36-48 horas.
– Cantidad de nódulos de kéfir:
Más nódulos aceleran la fermentación. Si usas una cantidad alta, el kéfir puede estar listo en menos tiempo.
– Preferencia de sabor y textura:
12-24 horas: Más líquido y suave, con sabor más dulce.
24-48 horas: Más espeso y ácido, con mayor contenido de probióticos.
¿Cómo saber si está listo?
– Tiene una textura más densa y ligeramente espesa.
– El suero (parte líquida) puede separarse, lo cual es normal.
– Huele ligeramente ácido, pero no demasiado fuerte ni desagradable. Si lo dejas fermentar demasiado tiempo, el sabor se vuelve muy ácido y la textura más grumosa. Para detener la fermentación, simplemente cuélalo y guárdalo en la nevera.
¿Cómo puedo saber si mis granos de kéfir están saludables?
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Para saber si tus granos de kéfir están saludables, debes fijarte en su apariencia, textura, olor y en la calidad del kéfir que producen. Aquí te dejo algunas señales claras de que están en buen estado y algunas alertas de que algo puede estar mal.
Señales de que los granos de kéfir están saludables
Apariencia
– Tienen una textura grumosa, elástica y gelatinosa.
– Su color es blanco o ligeramente amarillento.
– Se ven brillantes y con una forma irregular, parecida a pequeños racimos de coliflor.
Crecimiento
– Los nódulos aumentan de tamaño y cantidad con cada fermentación.
– Un crecimiento lento es normal en invierno o con fermentaciones cortas, pero si no crecen en semanas, puede haber un problema.
Olor
– Huelen ligeramente ácido y fresco, parecido al yogur.
– Puede haber un toque levadurado, pero nunca un olor fuerte a podrido.
Sabor del kéfir
– El kéfir fermentado correctamente es suave, ligeramente ácido y con un toque efervescente.
– Si la fermentación es larga, el sabor será más fuerte y ácido, lo cual es normal.
Señales de que los granos pueden estar dañados
– Cambio de color: Si los nódulos se vuelven marrones, grises o rosados, puede ser signo de contaminación.
– Mal olor: Si huele a podrido, rancio o mohoso, los nódulos pueden estar en mal estado.
– No fermentan la leche: Si después de 24-48 horas la leche sigue igual, sin espesar ni cambiar de sabor, los nódulos pueden haber muerto.
– Textura pegajosa o viscosa: Si los granos se vuelven babosos y el kéfir es demasiado viscoso, puede haber un desequilibrio en la fermentación.
¿Cómo recuperar granos débiles?
Si notas que tus nódulos están débiles pero no contaminados, prueba esto:
– Déjalos en leche fresca por 24 horas, cambiándola cada día, para reactivarlos.
– No los laves con agua del grifo, ya que el cloro puede dañarlos.
– Usa leche entera en lugar de desnatada para que tengan más nutrientes.
– Evita la sobrefermentación: No los dejes demasiado tiempo sin cambiar la leche.
Si después de varios intentos los nódulos no mejoran, es mejor conseguir nuevos granos. ¡Unos granos de kéfir saludables te darán un kéfir delicioso y lleno de probióticos!
¿Qué pasa si tomo kéfir a diario?
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Tomar kéfir a diario puede aportar múltiples beneficios para la salud, aunque también es importante tener en cuenta posibles efectos secundarios según la tolerancia de cada persona.
Beneficios de consumir kéfir a diario:
– Mejora la salud intestinal: El kéfir es rico en probióticos, lo que ayuda a equilibrar la microbiota intestinal y mejorar la digestión. Puede aliviar problemas como el estreñimiento, la hinchazón y la diarrea.
– Fortalece el sistema inmunológico: Contiene bacterias y levaduras beneficiosas que refuerzan las defensas del cuerpo. Además, aporta vitaminas como B12, calcio y magnesio, esenciales para la salud en general.
– Facilita la digestión de la lactosa: Aunque se elabora con leche, la fermentación reduce la cantidad de lactosa, lo que hace que muchas personas con intolerancia leve puedan consumirlo sin problema.
– Contribuye al bienestar emocional: Un intestino sano está relacionado con una mejor producción de serotonina, la hormona del bienestar. Algunos estudios sugieren que los probióticos pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
Posibles efectos secundarios
– Molestias digestivas iniciales: Al empezar a tomar kéfir, algunas personas pueden experimentar gases, hinchazón o cambios en las deposiciones. Esto suele ser temporal, hasta que el organismo se adapta.
– Exceso de fermentación en el intestino: Si se consume en grandes cantidades, puede provocar diarrea o malestar estomacal.
– Casos en los que se debe tener precaución: No se recomienda en personas con el sistema inmune muy debilitado sin consultar con un médico. Además, quienes tienen una intolerancia severa a la lactosa pueden optar por kéfir de agua o de coco.
¿Cuánto kéfir se recomienda tomar al día?
Para empezar, lo ideal es consumir unos 100 ml al día y observar cómo reacciona el cuerpo. Si se tolera bien, se puede aumentar la cantidad hasta 200-300 ml diarios.
Tomado con moderación, el kéfir puede ser un gran aliado para la salud intestinal y general.
Quién no debe tomar kéfir de leche
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Aunque el kéfir de leche tiene muchos beneficios, no es adecuado para todas las personas. Aquí te explico quiénes deberían evitarlo o tomarlo con precaución.
– Personas con intolerancia severa a la lactosa: El kéfir contiene menos lactosa que la leche normal, ya que las bacterias probióticas la descomponen durante la fermentación. Sin embargo, quienes tienen una intolerancia severa pueden seguir experimentando molestias digestivas como hinchazón, gases o diarrea. En estos casos, es mejor optar por kéfir de agua o de coco.
– Personas con alergia a la proteína de la leche: A diferencia de la intolerancia a la lactosa, la alergia a la caseína o al suero de la leche puede provocar reacciones graves, como inflamación, urticaria o dificultad para respirar. En estos casos, el kéfir de leche no es recomendable.
– Personas con problemas gastrointestinales graves: Si alguien sufre enfermedades como síndrome de intestino irritable (SII), enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, el kéfir puede ser beneficioso en algunos casos, pero también puede causar malestar. Es recomendable introducirlo poco a poco y consultar con un médico.
– Personas con el sistema inmunológico comprometido: Las personas con enfermedades autoinmunes graves o que están recibiendo tratamientos como quimioterapia deben consultar con su médico antes de consumir kéfir. Aunque es un alimento fermentado natural, contiene bacterias vivas que podrían representar un riesgo en estos casos.
– Personas en tratamiento con antifúngicos: El kéfir contiene levaduras beneficiosas, pero en personas con infecciones por Cándida u otros hongos, puede interferir con los tratamientos antifúngicos. En estos casos, es mejor consultar a un especialista antes de incorporarlo a la dieta.
– Bebés y niños pequeños: No se recomienda dar kéfir de leche a bebés menores de un año, ya que su sistema digestivo aún es inmaduro. Para niños mayores, se puede introducir en pequeñas cantidades y observar cómo lo toleran.
Si tienes dudas sobre si el kéfir es adecuado para ti, lo mejor es probarlo en cantidades pequeñas o hablar con un profesional de la salud.
Cómo tomar kéfir
El kéfir es una bebida que puede tomarse como cualquier otra. El de leche tiene un sabor algo ácido, por lo que se puede endulzar como hemos visto anteriormente.
En el caso del kéfir de leche, podemos usarlo del mismo modo que haríamos con el yogur: en el desayuno acompañado de cereales, muesli o fruta fresca; para hacer batidos de fruta o smoothies, en recetas con kéfir para hacer cremas de verdura, como la sopa fría Okroshka tradicional de Rusia; también puedes usarlo para cocinar, haciendo bizcochos u otras recetas con yogur, pero ten en cuenta que en la cocción perderá muchas de sus propiedades.
En cuanto a la cantidad, no hay una indicación precisa; podéis comprobar vosotros mismos cuál es la cantidad ideal en vuestro caso.
Como ves, hacer kéfir de leche casero es una forma sencilla y gratificante de mejorar tu salud digestiva y disfrutar de una bebida rica en probióticos. Con esta guía, puedes comenzar a experimentar en tu cocina y descubrir los muchos beneficios que ofrece el kéfir. ¡Anímate a probarlo y comparte tu experiencia!
1 comentario
GLORIA MALDONADO GARCIA
Me encantó pero creo que dañé el Kéfir, lo hice la primera vez, colé para dejar la bebida y guardar las semillas, me quedó muy rico. Guardé las semillas en recipiente de vidrio con tapa plástica. Al hacer la segunda vez no me espesó, no me quedó el Kumis, diría que dañé el Kéfir.