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¿Te apetece probar algo genuinamente italiano como unos ravioli de carne caseros con salsa de tomate? Aunque pueda sonar complicado, te aseguro que con un poco de guía y paciencia, cualquiera puede preparar este plato tan especial en casa.
Vamos a ver todo el proceso paso a paso: desde hacer la masa hasta cocinar esa deliciosa salsa de tomate casera que los acompañará. Así que, si tienes ganas de meterte en la cocina y experimentar con sabores italianos auténticos, ¡sigue leyendo! Te prometo que el resultado hará que estos raviolis con tomate sean memorables.
Receta de ravioli de carne con tomate
Ingredientes
- 400 g de harina de trigo (aproximadamente 3 tazas)
- 4 huevos grandes
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 pizca de sal
Ingredientes para la Masa de Ravioli
- 500 g de carne picada (preferiblemente mezcla de cerdo y ternera)
- 1 cebolla mediana, finamente picada
- 2 dientes de ajo, finamente picados
- 50 g de queso parmesano, rallado
- 2 cucharadas de perejil picado
- 1/4 cucharadita de nuez moscada
- Sal y pimienta al gusto
Ingredientes para el Relleno de Carne
- 800 g de tomates triturados (1 lata grande o tomates frescos pelados y triturados)
- 1 cebolla mediana, picada
- 2 dientes de ajo, finamente picados
- Un puñado de albahaca fresca, picada
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
- 1 cucharadita de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez)
Ingredientes para la Salsa de Tomate
Cómo hacer raviolis caseros de carne con tomate
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Hacemos la masa para los ravioli
- Espolvorea un poco de harina sobre la superficie para evitar que la masa se pegue.
- En un bol grande, tamiza la harina junto con la sal.
- Vierte la harina tamizada sobre la superficie de trabajo y haz un hueco en el centro, como un volcán.
- Rompe los huevos a temperatura ambiente directamente en el centro del volcán de harina y añade el aceite de oliva.
- Con un tenedor, empieza a batir los huevos y el aceite suavemente. Poco a poco, ve incorporando la harina de los bordes hacia el centro, asegurándote de que los líquidos no se desborden.
- Una vez que la mezcla de huevo y harina comience a integrarse y formar una masa pegajosa, es hora de comenzar a amasar con las manos. Amasa enérgicamente durante aproximadamente 10 minutos, hasta que la masa sea suave, elástica y homogénea. Si la masa está demasiado pegajosa, puedes añadir un poco más de harina; si está demasiado seca, un poco de agua.
- Forma una bola con la masa y envuélvela en film transparente. Deja que repose a temperatura ambiente durante 30 minutos. Este reposo es crucial, ya que permite que el gluten se relaje, lo que facilitará el estiramiento de la masa sin que se rompa.
- Después del reposo, la masa debería ser más fácil de manejar y menos elástica al estirarla. Esto indica que está lista para ser estirada y rellenada.
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Preparamos el relleno de carne para los ravioli
- En un bol, combina la carne picada con la cebolla, el ajo, el queso parmesano, el perejil, la nuez moscada, sal y pimienta. Asegúrate de picar la cebolla y el ajo lo más fino posible para garantizar una cocción uniforme dentro de los ravioli.
- Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén integrados.
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Estiramos la masa
- Divide la masa reposada en dos partes iguales para manejarla más fácilmente. Trabaja cada parte por separado, manteniendo la otra cubierta para evitar que se seque.
- Utiliza un rodillo o una máquina de pasta para estirar la masa hasta que quede muy fina. La delgadez de la masa es importante para que los ravioli no resulten demasiado gruesos o pesados al comer.
- Espolvorea un poco de harina sobre la superficie de trabajo y sobre la masa estirada para evitar que se pegue.
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- Coloca montoncitos de relleno sobre una de las láminas de masa, dejando suficiente espacio entre cada uno para poder cortar y sellar los ravioli sin problemas.
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- Toma otra lámina de masa y colócala cuidadosamente sobre los montoncitos de relleno.
- Presiona suavemente alrededor del relleno para eliminar el aire atrapado, que podría expandirse durante la cocción y causar que los ravioli se rompan.
- Usa tus dedos o un tenedor para presionar y sellar los bordes de cada ravioli. Asegúrate de que están bien sellados para evitar que el relleno se escape durante la cocción. Si es necesario, puedes pincelar un poco de agua entre las capas de masa para ayudar a sellarlas mejor.
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- Utiliza un cortador de ravioli, un cortador de pizza, o incluso un cuchillo afilado para cortar los ravioli en la forma deseada. Los cortadores de ravioli a menudo sellan y cortan al mismo tiempo.
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- Si no vas a cocinar los ravioli de inmediato, colócalos en una bandeja con harina, asegurándote de que no se toquen entre sí para evitar que se peguen.
- Puedes refrigerarlos si los vas a cocinar el mismo día, o congelarlos en la bandeja y luego transferirlos a una bolsa de congelación para almacenarlos por más tiempo.
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Cocina la salsa de tomate
- En una sartén grande, calienta un par de cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla y el ajo picados y sofríelos hasta que estén transparentes y fragantes, lo que debería tomar unos 5 minutos.
- Vierte los tomates triturados en la sartén con las cebollas y el ajo.
- Agrega sal y pimienta al gusto. Si los tomates tienen un sabor muy ácido, puedes equilibrar esto con una cucharadita de azúcar.
- Incorpora un puñado de albahaca fresca, picada.
- Reduce el fuego a bajo y deja que la salsa cocine a fuego lento durante al menos 20 minutos. Revuelve ocasionalmente para asegurarte de que la salsa no se pegue en el fondo de la sartén.
- Después de los 20 minutos, prueba la salsa y ajusta la sal, pimienta o azúcar según sea necesario. La consistencia de la salsa debe ser suficientemente gruesa para adherirse a los ravioli sin ser demasiado líquida.
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Cocemos los ravioli
- Cocina los ravioli en agua hirviendo con sal hasta que floten a la superficie, indicando que están cocidos, lo cual suele tomar unos 4 minutos.
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Mezcla con la salsa de tomate
- Una vez cocidos, escurre los ravioli y mézclalos con la salsa de tomate.
- Sirve calientes.
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